Ahora que llevamos un año desde el inicio del confinamiento, algunas
generaciones podrían afirmar que este período ha sido la época más convulsa que han vivido.
¿Se ha tambaleado tu “barco” estos últimos meses? Cuando hablo de barco, me refiero al control de tus emociones: se ha hablado mucho del tiovivo emocional que muchos hemos experimentado.
Mi opinión personal es que quien no haya hecho recientemente un análisis más o menos profundo de su trayectoria vital, puede que haya desaprovechado una muy buena oportunidad para hacerlo. Si éste es tu caso, aún estás a tiempo, pues como decía Sócrates, el “conócete a ti mismo” es fundamental para poder avanzar, aprovechar mejor nuestras fortalezas y tratar de corregir nuestros fallos y errores. Dicen algunos sabios que la mejor forma de conocer bien a los demás, empieza por conocerse bien uno mismo.
Cuando los expertos sanitarios nos digan que lo peor de esta crisis sanitaria que hemos vivido se ha superado a grandes rasgos, será muy comprensible el que caigamos en una cierta sensación de euforia, con prisas por hacer muchas cosas y vivir la vida como lo hacíamos antes.
Por eso propongo cuatro claves para ese día después, es decir para el
momento en el que se considere que hemos superado de una manera bastante probable los efectos más perniciosos de la pandemia. Pienso que así enfocaremos con más sentido común y eficacia nuestros esfuerzos. Éstas sonm esas claves:
- Asumir que el mundo ha cambiado y no seguirá siendo como era, al menos en muchas facetas.
- Si queremos sobrevivir como especie, organizaciones, individuos y
profesionales, hemos de aprender a “vivir en incertidumbre”. Será muy conveniente adquirir nuevos hábitos, desaprender y desarrollar más competencias y habilidades: negociación, flexibilidad, confianza mutua, empatía, escucha, resiliencia, comunicación, etc. - Esa incertidumbre deberá ser “superada” por cada persona con un ejercicio intelectual (y también afectivo) de realismo sobre nuestros proyectos, para después transformar ese realismo de forma optimista y aprovechar las oportunidades que a veces no vemos, porque no son inmediatas o están “tapadas” por nuestras inercias de muchos años.
- Apoyarnos mutuamente, puesto que, por suerte, somos limitados y nos
necesitamos unos a otros.
Resumo las cuatro claves:
- Asumir que el mundo ha cambiado.
- Aprender a vivir con la incertidumbre.
- Ser realistas y luego positivizar esa realidad.
- Apoyarnos mutuamente.
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