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FORMACIÓN “A LA CARTA”

Una obligación, como mínimo moral, de todo buen profesional es preocuparse de su formación continuada. Esta obligación es más visible en un mundo como el jurídico, en el que la gran cantidad y volatilidad de las normas y la jurisprudencia que de éstas se genera, nos obliga a un considerable esfuerzo para estar permanentemente actualizados.

Por eso es tan de agradecer que algunas instituciones y empresas nos faciliten este esfuerzo y muy especialmente en tiempos de pandemia, en los que resultan difíciles las reuniones personales a las que estábamos acostumbrados en cursos y congresos y que necesariamente se han tenido que ver sustituidas por webinars y otros formatos de “ciberconferencias”.

Pero incluso así, las cotas de exigencia del trabajo diario de los profesionales jurídicos, no siempre se pueden compaginar con la asistencia a este tipo de eventos y las agendas nos impiden participar en la tan necesaria formación con la asiduidad que nos gustaría. Además, muchas veces necesitamos recibir la información en un momento concreto. A quién no le ha pasado que, preparando un trabajo determinado, bien sea una demanda, un escrito, una liquidación, etc, recordamos “caramba, justo de este tema hablaron en una conferencia hace meses, ¿qué dijeron que no lo recuerdo”…

Para poder coordinar la disciplina profesional con una adecuada actualización, la formación continuada del siglo XXI, debe ser “a la carta”, tanto en materias, como en formatos y, fundamentalmente, en agenda. Los contenidos formativos deben estar a nuestra disposición cuando los necesitemos y deben ser accesibles cuando podamos verlos. Muchas veces el ponente y el organizador son sólo uno, pero los potenciales oyentes son miles, con miles de agendas y circunstancias diferentes.

Los que vamos peinando canas, recordamos el avance que supusieron los vídeos respecto de tener que ver la película de después de comer o después de cenar a la hora que la hubiese programado alguno de los dos canales de televisión de que disfrutábamos. Podíamos sacar una película de unos establecimientos que se llamaban videoclubs y que mi hijo ya no conocerá, y verla cuando quisiésemos (eso sí, había que devolverlas rebobinadas, verbo que seguramente también desaparecerá por “desuetudo”). Mucho más avanzado ha sido el cambio que ha supuesto la aparición de las plataformas de televisión inteligente por internet, y que han desplazado totalmente a los vídeos y poco a poco van desplazando también a los canales convencionales.

Pues este mismo espíritu es el que preside la escuela de negocios ETJ Law & Business School que, con su nueva oferta de formación online a la carta, se convierte en la primera plataforma tecnológica de formación jurídica y empresarial mediante la cual, con una suscripción, el profesional puede acceder a todos los contenidos formativos disponibles y actualizados: “El Netflix de la formación jurídica”.

He tenido la suerte de poder participar como coordinador en los módulos dedicados a la liquidación concursal que bajo el nombre común “Diálogos para una liquidación concursal ordenada” recogen de una manera exhaustiva la opinión de Magistrados de lo Mercantil del primer nivel como Olga Ahedo, Carlos Martínez de Marigorta, Leandro Blanco, Juan Carlos Picazo, Rocío Marina o Guillermo Fernández, Letrados de la Administración de Justicia como Rafael Huerta o yo mismo, y los Abogados especialistas de la entidad especializada en gestión y venta de Activos International Auction Group (IAG); y abordan todas las facetas de la liquidación desde el prisma del nuevo texto refundido de la Ley Concursal y la más reciente jurisprudencia sobre la materia.

El agradecimiento a ETJ Law & Business School es doble: en primer lugar por contar conmigo para participar en este proyecto junto con muchos juristas a los que admiro y de los que aprendo cada día, y en segundo lugar, por la conveniencia de apostar por este nuevo formato educativo, que nos facilitará a todos cumplir con nuestra obligación de estar lo más y mejor formados que nos sea posible.

Las necesidades de los profesionales de 2021 no pueden satisfacerse con ofertas formativas del siglo pasado. Al igual que no nos conformaríamos cada sábado con volver a ver otra película de John Wayne.


por:

Enrique Díaz Revorio, Letrado de la Administración de Justicia en excedencia, Director del departamento concursal e hipotecario de International Auction Group